La Tomatina de Buñol, la batalla de los tomates
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La Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio valenciano de Buñol el último miércoles del mes de agosto. Se incluye dentro de la semana de fiestas de la localidad y consiste en que los participantes se arrojan tomates los unos a los otros.
Se ha convertido en una de las fiestas españolas con mayor repercusión internacional y es una de las citas del verano para los amantes de la diversión y turistas de todas las nacionalidades.
Origen de La Tomatina
Al parecer el origen de la fiesta se remonta al último miércoles de agosto del año 1945, cuando unos jóvenes que estaban en la Plaza del Pueblo para presenciar el desfile de gigantes y cabezudos, intentaron unirse al mismo. Lo que hizo que comenzara una pelea en la que la gente empezó a tirarse tomates de un puesto de verduras que se encontraba en la plaza. Al final, las fuerzas del orden público tuvieron que poner fin a la batalla.
Al año siguiente, los jóvenes repitieron el altercado de forma voluntaria y se llevaron los tomates de casa. Con el paso de los años y tras varios intentos de prohibirla, finalmente se permitió La Tomatina y se instauró la fiesta de forma oficial.
Comenzó a ser popular en el resto de España gracias a la emisión de un reportaje en la televisión en el programa Informe semanal en 1983. Desde entonces, año a año ha ido creciendo el número de participantes y el entusiasmo por La Tomatina. El éxito ha llevado a que fuera declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.
Celebración de La Tomatina
La jornada comienza a las 9 de la mañana en la plaza del pueblo, poco a poco, el lugar se va llenando de gente. Se levanta un enorme palo cubierto de jabón en cuyo extremo se coloca un jamón, los participantes intentan trepar a lo más alto para conseguir el premio. Desde los balcones se lanzan cubos de agua a las personas que van acudiendo para prepararse antes de la batalla de tomates.
A las once suena el disparo que indica el inicio de la lucha, van llegando camiones cargados de tomates que sueltan su carga, es entonces cuando la multitud se abalanza para aprovisionarse de munición, y en pocos segundos, todo se tiñe de rojo, hasta que se produce el segundo disparo que señala el fin de la batalla.
Desde el año 2013, para evitar aglomeraciones, el ayuntamiento de Buñol decidió limitar el aforo a la fiesta. Desde entonces se venden entradas para poder participar en la fiesta, de modo que los participantes no pasen de los 22 000. Así, se garantiza mayor comodidad y seguridad para los asistentes.