Muralla Romana de Lugo, la única del mundo que se conserva entera
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La muralla romana de Lugo es la única del mundo que se conserva entera. No ha sufrido grandes modificaciones desde su construcción y se encuentra en buen estado de conservación.
Entre finales del s. III y comienzos del s. IV d.C. la amenaza bárbara y la situación e importancia estratégica de la ciudad de Lugo, aconsejaron la construcción de una muralla defensiva.
Características de la Muralla Romana
La muralla de Lugo es totalmente transitable. El material utilizado para su construcción fue fundamentalmente la pizarra y en menor medida la sillería de granito.
Mide algo más de 2.000 metros. Su altura oscila entre los 10 y los 15 metros. El espesor de sus muros en algunos tramos alcanza los 7 metros de ancho. Y se conservan 71 cubos o torres de las 85 que tuvo.
Actualmente tiene 10 puertas, cinco antiguas y otras 5 de traza y apertura más moderna. Se sabe que tuvo un foso exterior de unos 20 metros de ancho y al menos 5 metros de fondo, que completaría la defensa, dificultando la aproximación de máquinas de asedio o la excavación de minas.
Las modificaciones que ha sufrido a lo largo de sus más de 17 siglos de historia, no han alterado sustancialmente su aspecto y trazado original, que sigue las directrices del ingeniero romano Vitrubio. Es la única, en todo el territorio del Imperio romano, que conserva íntegro su perímetro.
La muralla romana de Lugo fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. Está hermanada desde el año 2007 con la Gran Muralla China.